viernes, enero 13, 2006

El Regreso de las Dietas Malditas!

Estimado visitante, al fin, millones de mortales a lo largo del planeta tierra se han puesto a dieta, se han aferrado a la ilusión de que al final del 2006, sus cuerpo sean iguales a los de los apachurros que alegran la portada de Vogue, Men´s Health y porque no.. hasta de TvNovelas (gracias Latin Lover por ese trasero)


Pero hay que hacer que este año sea diferente, yo estoy convencido de que no hay que vivir a dieta. Así que haciendo honores a la frase: El que no aprende del pasado, está destinado a repetirlo, he decidido hacer un recuento de mi experiencia con las dietas y demás remedios para hacer más rescatable el cuerpo de Botero, a lo mejor alguna te suena familiar:

  • La dieta del cocido milagroso: Todo un sueño para un comedor compulsivo, podías atorarte todo lo que quisieras de una enorme olla de verduras, es decir que quedabas súper lleno. ¿el problema? El alto contenido de verduras generadoras de gases hacía que parecieras campo de guerra a media segunda guerra mundial. Tuve que abandonar esa dieta por miedo a que me empezaran a llamar Pumbaa y perdiera a todas mis amistades.
  • La panacea televisiva: Recuerdo como si fuera ayer cuando compré una gotas maravillosas que te tomabas para suprimir el hambre. El informercial duraba como 2 horas de un conjunto de viejas ultra flacas y hombres maravillosos que con voz de programa de Rescate 911 te decían que todo se lo debían a un elixir mágico anti-sebosidad, que te hacía dejar de comer, tonificaba, quitaba estrías y hasta te hacía mas inteligente casi creo. ¿El resultado? Increíblemente bajé de peso, pero a años de distancia creo que fue más por la sugestión mental que me auto-apliqué por la fortuna que pagué entre las mentadas gotas y el envío.
  • La clásica dieta “Agua y Ajo”, dígase la odiada aguantarse y a joderse. La peor dieta de todas, recuerdo que en esos arranques de saltarme comidas en la universidad, mi estómago hacía tantos sonidos que casi casi socializaba más él con mis compañeros de clase que yo mismo. Lo peor de esta dieta es que la dejas al tercer día, cuando ya eres un neurótico ser que odias a la gente que come, y le mentas la madre a todo el que te sugiera y/o aconseje comer algo.
  • La dieta de nutriólogo: Estas dietas son las más variables, y acudí a ellas en varias ocasiones, pero todas tienen en común algo: no es divertido pesar hasta los chicharos que te vas a comer. Pocas cosas me resultan más frustrante que darme cuenta que la gente me ve como un ridículo al contar las aceitunas que tiene la ensalada en el restaurante. Estas dietas me dieron buenos resultados, mientras tenía el seguimiento del Doctor, bajé y bajé, pero al cabo del mes y medio, cuando todo el mundo te dice: Te ves flaquísimo, ¡vas a desaparecer!, dejas al Doctor, te sientes tan flaco como Kate Moss y empiezas a tragar igual, engordas y regresas a ser Chachita.

    Bueno, hecho el análisis, que dan obvios cuales son los errores más comunes: queremos algo rápido, sin mucho esfuerzo y que no nos ate a estar siempre cuidando lo que masticamos.
    Después de algunos años de experiencia, y algunos kilitos menos, puedo decirte que cual anuncio de Bonafont: Una escultura no se hace en un día. No existen las dietas milagrosas, las masajeadas mágicas y los aparatos que reducen tus flotadores mientras ves televisión, lo único que funciona es el ejercicio constante, el resistirse ante lo tentador de un postre de quíntuple chocolate y el tomar mucho agua al día.
    Se que esto último te lo han dicho en todas partes este año, pero es la clásica verdad que no aprendemos hasta que la experimentamos en carne propia, más bien en este caso, reduciendo las carnes propias.
    Este año, date cuenta que no necesitas pagarle miles de pesos a un nutriólgo para que te diga que necesitas comer y que no, tu sabes que esa montaña de helado Haggen Daz cubierta de chocolate y cerezas NO es tu amiga, ¡aléjate de ella!. Usa mejor esa inversión en algo que ni con todo tu esfuerzo podrás cambiar, como tu nariz que asemeja un tobogán de Six Flags, tu mentón, tu ausencia de maxilares o si eres un a niña, olvidarte del complejo de que una niña de 6 años tiene más busto que tu.
    Por último te digo que la belleza cuesta mucho dinero y esfuerzo, pero que es una inversión sin mucha plusvalía, pues en unos años todos estaremos tan viejos como los maestros de “Cantando por un sueño” de Televisa. Y te aseguro que cuando encuentres a la persona con la que debes de estar, no le importará si no pareces modelo de D&G (pero tampoco te mal pases y parezcas Keiko) le importará mas que tengas buena plática, que tengas mundo, cultura, un cerebro y un gran sentido del humor así que este año, cultiva tu cuerpo, pero también cultiva tu mente, renueva tu trato con las personas, y te puedo apostar, serás mucho más atractivo que Alejando Fernandez en el GQ de este mes.

    Me gustaría saber que opinas de las tonterías que escribo: visionicaro@hotmail.com