jueves, marzo 01, 2007

Mujer, Mujertz, Mushets...

No hay plazo que no se cumpla, y es así como con el paso incesante del reloj el fin de semana pasado se celebraron los Premios Oscar, y no te niego que luego de prepararnos por un buen rato para una de las máximas fiestas del cine, con predicciones de ganadores, viboreo de atavíos de las estrellas cual Joan Rivers y asistir al cine para ver la mayoría de las películas nominadas, siento algo de nostalgia que ya hayan terminado.

De la ceremonia te puedo decir que aparte de las figuras formadas por sombras, la aparición de Anne Hathaway y Emily Blunt y su interacción con Meryl Streep asemejando The Devil Wears Prada (David Frankel, 2006) y la graciosa conducción de Ellen Degeneres, me encantó la nueva forma de presentar el guardarropa de las películas nominadas al premio de diseño de vestuario ya que dejó latente la indiscutible victoria que lograron las maravillas de trajes creadas para Marie Antoinette (Sophia Coppola, 2006) con todo el respeto que se merecían los otros vestuarios también geniales.

Maria Antoinette fue una de las películas más detestadas y criticadas en Cannes y en USA, pero aún con todo el panorama negativo de los expertos, debo de confesar que a mi como pobre amateur me urgía verla, ya que aunque aborrezco la nariz de tobogán de Sophia Coppola, admiro su trabajo como escritora y directora y por más straight que suene, me puedo perder en el físico y forma de actuar de Kristen Dunst, un híbrido de angel y demonio que logra siempre explotar en los personajes que interpreta.

Debo confesarte que luego de ver la película, sentí un poco de decepción en el desarrollo de los personajes, ya que retrata una Maria Antonieta muy polarizada, víctima de las circunstancias, buena como los licuados proteínicos de GNC y mártir cual Santo católico de veladora Sorianera. La película es muy rica visual y musicalmente, los vestuarios de los personajes son soberbios al igual que los complicados peinados de la misma protagonista y sus compinches en la corte, los cuales están aderezados con plumas, cuentas, pigmentos, colibrís y hasta casi su bacinilla.

Lo que aclaran en la película es que con tanto complicado y elevado peinado, uno de los personajes más relevantes en la vida de la difunta reina de Francia, era su peinador y estilista: Léonard, un simpático hombrecillo maquillado y con el encajes hasta el prepucio que hacía que la “Mary-Toña” luciera siempre despampanante y con más altura capilar que Marge Simpson.

Fue con la presencia de Léonard, el antepasado icónico y laboral de Carson de “Queer Eye for the straight Guy”, que me percaté que desde antaño, que si hay algo que siempre se le ha atribuido al hombre homosexual, aparte de su gusto inherente al buen gusto, es ser mas mariposón que una Monarca volando a Michoacán. Y es que aún cuando en este espacio he hecho en infinidad de ocasiones llamadas a la diversidad y a la aceptación de todos hacia todos, creo que en algunos casos, algunos hombres gay exageran a veces su preferencia, y terminan siendo a veces una caricatura de mujer, y a primera vista parece que se esfuerzan en ser señalados por:
  • Usar todo dos tallas más chicas de lo que se debe: Que te apriete la ropa porque has abusado de los Cinnabon últimamente es reprobable y merece purgatorio, pero que por elección propia compres pantalones 28 teniendo el trasero de Jennifer López y las carnes de un luchador de sumo es para ir al infierno. Es impresionante como muchos homosexuales atentan contra la visión del prójimo usando pantalones embarrados en sus carnes y como cereza del pastel camisetitas cuasi-tops ultra pegadas, que causan que cuando hay frío puedan sacarle un ojo a alguien con uno de sus pezones.
  • Decir todos los sustantivos en femenino y terminar todos los verbos en infinitivo con S: Es alarmante como hay “comadres” que tienden a decir todo el tiempo “la carrA”, “la antrA”, “la dinerA” y hasta “la condonA” en una búsqueda constante de volver todo más rosa. Debo confesar que de vez en cuando todos joteamos y tendemos a hacer esto, sobre todo con Gloria Gaynor sonando en el estéreo del carro y ataviado con Cavalli yendo al Taboo, pero cuando alguien lleva varios años sin pronunciar EL, o sin terminar algún sustantivo en O, hay que hacerle un exorcismo y sacarle al Pedrito Sola que lleva dentro: ¡sacarS a la demoniA del malCS, manA, sacarSlA!
  • Usar lentes de sol extravagantes día y noche: Otro atributo muy común en “las hermanas” es usar lentes tipo Mosca o que les tapen media cara durante mañana, tarde y noche, con un intento desesperado de parecer Diva pseudoincógnita en la calle y en el antro y tratar de parecerse Paris Hilton o Nicole Ritchie, cuando lo único que aparentan es que ocultan ojos amoratados porque se las agarró a trancazos el novio o alguna multitud homofóbica enardecida y violenta.
  • Vivir con la eterna pose de una futura American Next Top Model: Ya sea usando más ademanes para hablar que un niño declamando “El seminarista de los ojos Negros” en Primaria o caminando con un contoneo de caderas que dejaría con la boca abierta a Shakira, algunas comadres caminan por cualquier calle como si fuera una pasarela de Versace, algunos inclusive se atreven a sentirse tan divinos que son capaces de ligarse a cualquiera, y se comen con la mirada con cuanto hombre homosexual o heterosexual se cruzan con movimientos “tan discretos” como morderse el labio cual Angelina Jolie.

Luego de describir algunos rasgos de estos gays polarizados, me he dado cuenta que aún cuando por naturaleza rechazo los estereotipos y la jotería en exceso, en algún momento de mi vida, o varios, he tomado rasgos de Léonard o Carson Lee, por lo que aún cuando parezcan gracios@s algun@s comadres por ser algo apegados al rol masculino.

Independientemente de si pasamos la vida con lentes Dior dorados y playeras de los Ositos Cariñositos o si pretendemos “confundir” a la gente con nuestra preferencia aparentando ser más hetero que Vicente Fernández, creo que en esta vida hay que esforzarnos en ser auténticos y no tratar de imitar conductas o patrones, emulando a otras personas o inclusive al otro sexo. Creo que a veces es gracioso el jotear, el usar como broma ademanes o tonos femeninos, pero creo que por el respeto que debemos a las mujeres, debemos de mantener la barrera entre admirarlas y caricaturizarlas.

Todo hombre tiene una pequeña mujer dentro, pero como homosexuales estamos más en contacto con nuestro lado femenino y muchas veces lo sacamos a relucir más, inclusive con tacones de 10 centímetros, pero creo que uno de los mejores propósitos que podemos tener este 8 de Marzo, el día de la mujer, es percatarnos de la infinidad de roles que juegan estas amazonas de cromosomas xx en nuestras vidas, no tratando de parecer una más de ellas con nuestra ropa o nuestra forma de hablar, sino luchando porque sean reconocidas como iguales en los centros de trabajo, que no sean golpeadas por pseudo-hombres, que no se depriman por sentirse solas. Luchemos con y por ellas por un mundo en donde todos, seamos felices.

Amigas, Madres, Hijas, Hermanas, Adoradas, Reinas: ¡Feliz día Internacional de la Mujer!, porque chance no seas tan estratega como Cleopatra, poderosa como Maria Antonieta o hermosa como Tyra Banks, pero naciste con características que te hacen ser una obra de arte por tu mente, tu corazón y tu cuerpo.