viernes, junio 22, 2007

Los Secretos del Celuloide Vol. II

Aún cuando el ser humano es en teoría el único animal pensante y racional de la maravillosa fauna de nuestro amado planeta, es a final de cuentas un ser, que ya en sociedad, muchas veces se comporta como un banco de peces, los cuales avanzan y cambian de ruta rápidamente y en conjunto, dejando de pensar muchas veces como entes individuales, sino más bien como partes de un todo.

Es así como cada persona, aún con la posibilidad de ser original, por su naturaleza de mente y corazón únicos e irrepetibles, se vuelve a la larga seguidora de modas y tendencias, y es así como en los 60´s lo más cool fue ser un rebelde con chamarra de cuero al estilo de Danny Zuko de Grease ó en los 70´s era lo más in ser un amo de las discos con trajes blancos al estilo Saturday Night Life y saberse todas las canciones de los BeeGees. Finalmente, hoy en día, aún cuando pareciera imposible, hay una moda que se apodera de la sociedad y es la de ser gay o al menos coleccionar amigos de está condición.

Aún cuando hay una parte de la sociedad que se mantiene inclusive homofóbica, a nivel mundial hay una tendencia de aceptación y hasta de admiración por lo gay, y es que gracias a nuestra repetida presencia en series de TV como con Jack Mcfarland de Will and Grace o nuestra imparable actuación en la música con divos de la talla de Elton John, pasando por la fuerza del Noa Noa de Juanga e inclusive con la jotita pelopintada de RBD Christian Chavez, súbitamente lo arcoiris está de moda, e inclusive algunas mujeres nos adoptan como mascotas, algo así como que los chihuahuas para Paris Hilton, con la diferencia que un gay como “mejor amigo” te dice que ponerte, que colores te van y te consuela cuando algún patán te ha puesto el cuerno, mientras que un Chihuahua solo arruina tu alfombra favorita, copula con tu pierna o despedaza tus Manolo Blahnik favoritos.

Pero, aún cuando hay mucho que agradecerle a la sociedad de ver con mejores ojos a nuestra preferencia, todo tiene un límite, y es que hace unos días me di cuenta que estamos pisando fondo, cuando leí que se presume que inclusive hay un TeleTubbie al que se la hace agua la canoa, y que resulta ser admirador de Francis o de la Bugambilia de Aventurera pues viene con todo y bolsos de “mujertz” incluidos cuando lo compras como juguete para tus hijos. Con noticias como esta no me impresionaría que en poco tiempo Barbie tenga una amiga travesti que la imite pero que venga con paquete de Ken o que Dora la exploradora resulte ser una lesbiana fetichista la cual liga aborígenes latinoamericanos de sus viajes.

Creo que la aceptación de la condición homosexual en los medios de comunicación y formas de entretenimiento, tiene que encontrar un balance, en donde lejos de presentar nuestras historias como de horror, o solo de moda, presenten personajes con psicología completa, con un leitmotiv en la vida y a final de cuentas que sean humanos y reales. Es de agradecer que ya existen películas que cumplen su cometido de enseñar a la sociedad que aún con lo “raritos” que podamos parecer, somos seres humanos como cualquier otro, como ejemplo de este tipo de películas que recientemente se han filmado tenemos:
  • Antes que anochezca (2000): Esta película nació de un libro autobiográfico de Reynaldo Arenas, y hay que admitir que la cinta que se filmó sobre el mismo es una joya de los “queer Essentials” ya que narra una realidad de la situación política en Cuba, la privación de la libertad intelectual y claro está, la represión a la gente gay. Creo que lo más importante es que al final de verla, agradecemos al cielo por haber nacido en otro país y en otra época que el pobre Arenas, el cual pasó una vida muy difícil, inclusive en la cárcel, todo por tratar de ser él mismo, de escribir y de encantar al mundo con su poesía. La historia de este hombre, representado por el papichulo de Javier Bardem en el filme, es muy trascendente ya que en su misma época y de contrabando logró ser publicado en muchos países, aún cuando el moría de hambre y era perseguido por Fidel Castro. Paradójicamente cuando este maravilloso escritor termina sus días de “encierro” en Cuba, comienza otra prisión pero ahora en su propio cuerpo pues termina sus días libre en Nueva York, pero enfermo de lo que será su fin: el Sida.
  • Hedwig and the angry inch (USA, 2001): Como un cuento de hadas ácido, emerge la historia de Hedwig, un maravilloso ser de Alemania del este, que crece en un país “mutilado” en dos partes, y a final de cuentas, el protagonista de la historia termina siendo mutilado él mismo con tal de alcanzar sus sueños y por culpa del amor. Es así como termina siguiendo sus dos pasiones en la vida: los hombres y el Rock. Dirigida por el magistral John Cameron Mitchel, esta película es un musical que ante todo defiende que el amor es un común denominador que tiene el mismo origen entre todos los seres humanos y que nos conecta y nos fraterniza de una manera única y especial, aún siendo straights o gays. Espero que algún día esta película sea un must para declararte gay, ya que entre muchas cosas maravillosas, tales como que la delgadez tipo Anahi o Gemela Olsen es posible en hombres, aparte nos enseña como aún cuando todo parezca perdido, hay momentos en los cuales tenemos que “tomar la peluca de la repisa” ponernos un poco de maquillaje, y recuperar nuestra esencia que nos hace invencibles.
  • La mala educación (España, 2005): La penúltima entrega de Pedro Almodóvar está llena de situaciones que para muchos alumnos de escuelas católicas pudieron ser conocidas. La historia se centra en el amor y la vida en general de dos niños que asisten a una escuela, donde el sacerdote termina siendo un tercero en discordia, y un factor detonante que termina envenenando el alma de sus alumnos y orillándolos a situaciones agobiantes. Aún cuando en lo personal aborrezca a Gael García Bernal, le admiramos el haber tomado el papel de Zahara, que físicamente similar a una version travesti de Julia Roberts, logra enamorar al espectador que por momentos idolatra y luego odia a su personaje. Sin duda una joya más de la colección de Almodóvar, que cumple con su misión de concienciar sobre como la desbordante homosexualidad reprimida de las autoridades inclusive en un internado religioso, puede causar serios problemas en personas inocentes.
  • Shortbus (USA, 2006): Del mismo director que Hedwig, pero un poco más reciente, esta historia de gran temática sexual y sentimental, narra la historia de varias parejas de diferentes preferencias que tienen problemáticas que los atormentan, y que terminan resolviéndose para bien o para mal en un "club sexual, político e ideológico”en donde cada uno puede ser uno mismo, algo así como que La Casita aquí en Monterrey pero más nice, con ganado muy aceptable y con foro de debate incluido. Este filme a ojos de una monjita de las descalzas o algún padre legionario merecería la excomunión de todos los actores, pero hay que admitir que a fin de cuentas muestra una realidad que ya existe en muchas sociedades y no solo en Nueva York, en la cual las parejas por el estrés de las ciudades, muchas veces descuidan el “core” de su relación y terminan fingiendo orgasmos, o viviendo una doble vida. Esta película nos invita a darnos cuenta, que muchas veces nuestros demonios personales son nuestros mejores amigos, y que en afrontarlos y resolverlos está la felicidad.


Luego de escribir estas reseñas tengo ganas de rentarlas todas y hacer un mega-maratón de cine queer, y es que hay que admitir y agradecer, que aún cuando me agobie ver hasta botargas de TV-Shows Infantiles con tendencias travestis, que en los últimos años ha habido una mayor apertura a nuestra condición y cada vez es más común el poder encontrar películas que narran nuestras historias y permiten a la sociedad entendernos más y darse cuenta que somos de carne y hueso, y lo mejor: estamos en todas partes.

¡Feliz Fin de Semana!