viernes, abril 21, 2006

Los placeres que pesan...

Cierto o no, la sabiduría popular reza que un hombre nunca deja de conocerse y que incluso muere sin haberse comprendido por completo, o dominarse totalmente. Pero mi estimado lector, lo que si es cierto, es que hay ciertas cosas que en nuestro sano juicio y para nuestros parámetros sobrios de moral (dígase cuando no traemos más de tres Appletinis circulando en nuestras venas) sabemos que están mal, ya que son auto-destructivas para nuestra reputación social, para nuestro criterio o inclusive fulminante para el mermado coeficiente intelectual, pero aún así, no solo las hacemos, sino las disfrutamos enormemente y con una sonrisa insana, estos son, los dirty pleasures.
Y es que hay ciertas conductas que aunque sean mal vistas por la sociedad, no podemos evitar tener, y muchas veces preferimos ocultarlas o encubrirlas con mentiras, para no admitir que las tenemos, tales como:
  • Entretenernos leyendo TvNovelas: Es clásico en las salas de espera de consultorios médicos o de las estéticas, aún con la posibilidad de leer un Muy Interesante o QUO, elegimos las revistas de prensa rosa mexicanas, ya Dque por más que nos cueste admitirlo, no nos podemos resistir a deleitarnos la pupila con el portafolio interno soft porn de Gabriel Soto revolcándose en la playa, o a consumir nuestras neuronas remanentes enterándonos si Carmen Campuzano ha hallado una nueva forma de drogarse metiéndose la coca por las orejas o si Niurka se volvió adicta a los chorros de agua del hidro-masaje de su baño por el incumplimiento sexual de su ex marido.
  • Una noche de placer con un chacalón: Muchos tenemos que admitir en nuestro pasado amoroso y/o sexual, una aventura con alguien tipo stripper del PapiChulo, o inclusive de lanchero de Acapulco, ya sea por despecho, por un urgimiento extremo, porque el pelado estaba muy sexoso o simplemente por andar de calientes. Muchos dicen que es “permitido” tener un ligue nacón una vez en la vida, lo problemático viene, si ese es tu único ligue y terminas arrejuntado con él para siempre, o si la gente piensa que te volviste reclutador de recursos humanos en la constructora Escala, pues se te ve siempre por la calle con albañiles.
  • Escuchar en solitario música que no oiríamos acompañados: Sabes que tienes un dirty pleasure musical cuando te avergüenzas de algunas de tus selecciones sonoras, ya que siendo un jugador de fútbol americano te prendes con “Quítame ese hombre” de Pilar Montenegro, o siendo Darketo disfrutas la ronca voz de Pau Rubio en “Dame otro Tequila” o en el camino de regreso a tu casa después de una noche en el Esquizo en vez de oír a DJ Tiësto como tus amigos electrónicos te deleitas con “la vida es un carnaval” de Celia Cruz.
  • Sintonizar en televisión a Carmen Salinas o a Laura: Mucha gente dice que ve los talk-shows solo porque no hay otra cosa que en la TV, pero en el fondo disfrutan los tópicos que se discuten en susodichas transmisiones, tales como hombres que se convierten en travestís lesbianas o la mujer que le pone el cuerno a su marido con su mejor amigo, que al final resulta su medio hermano. También son esperadas por sus espectadores las acaloradas discusiones entre los invitados, que se derivan en gritos, insultos, llantos y con un poco de suerte empujones y manotazos.
  • Defraudar al manual de Carreño: A veces, y aún con todo el esfuerzo que hicieron las monjas del Jesús María o los Maristas para grabarnos con sangre en el cerebro el manual de Carreño, disfrutamos pasárnoslo por el arco del triunfo, ya sea con cosas sencillas como no devolverle con alguna vianda a la vecina el plato que nos prestó, o en casos más crónicos como subir los pies a la butaca delantera del cine, quitarnos los zapatos en lugares públicos o el usar el tenedor como un rascador de espalda.

Al recapitular muchos de estos puntos me doy cuenta que por más que nos jactemos de una educación excelsa y acorde a la los principios de la magnifica Guadalupe Loeza, siempre vamos a tener pequeños “issues” que nos hacen parecer parte de la familia de Los Sanchez de TvAzteca.
Un punto fascinante del ser humano es que es un ser irrepetible, con muchísimas aptitudes, cualidades, capacidad de análisis y aprendizaje, pero que sin duda es perfectible, y es un hecho que durante nuestra vida tenemos que mejorar, conocer, aprender y en levantarnos cada mañana con la seguridad de que estamos renovándonos positivamente; pero también me queda claro que hay pequeños detalles que difícilmente podremos dejar de hacer por el gusto que nos causan, y son válidos, siempre que no afecten a la persona que tenemos a un lado, y que se merece nuestra mejor cara: Nuestro prójimo.