viernes, junio 15, 2007

Una Historia de Princesas

Hoy en día las cosas son muy diferentes a como las eran apenas hace unos años. El pujante mundo de la tecnología ha hecho que ahora, los alumnos del Tec de Monterrey ya no se tengan que esperar al lunes para saber sus calificaciones de un exámen, sino que se las mandan por mensaje a sus celulares. Entre otras novedades vemos como ahora los niños ya no tienen pretexto para ser gordos, porque ya pueden moverse mientras usan juegos de video, gracias al wii, que los obliga a ejercitarse aunque sea levemente con juegos interactivos. También ahora si somos jefes negreros podemos localizar en cualquier momento a nuestros asalariados gracias a un GPS adaptado al NEXTEL que nos permite saber si nuestro amado empleado está comiendo Gorditas Doña Tota o echándose un “coyotitito” en su casa, en vez de estar en en una reunión con algún cliente.

Es así como entre tanto avance de la tecnología, súbitamente el mundo es diferente cada día, y la vida de las personas cambia, pero a mi forma de ver las cosas, yo creía que hay algunos momentos y situaciones de la vida, por más tecnología que existiera siempre serían iguales, tales como las navidades, las vacaciones (aunque en un futuro sean a la luna) y los clásicos cumpleaños infantiles.

Hace unos días me di cuenta que esa creencia mía sobre la igualdad de situaciones de antaño al presente estaba errónea, al menos en las fiestas infantiles, ya que en mi caso, recuerdo como si fuera ayer aquella espera ansiosa de cumplir años, no solo para dejar en libertad a ese pequeño dictador que llevo dentro, sino para recibir muchísimos regalos y ser el Dios y Señor de mi fiesta de cumpleaños, en la cual yo tenía derecho a elegir desde la comida, los dulces, la piñata, los juegos, el show y el vangloriado “tema” de la fiesta, el cual podía ser de vaqueros, halloween, astronautas y cuanta cosa diera la imaginación.

Hoy en día las fiestas de niños son de temas “genéricos” y lejos de tratar de ser originales y de hacer que las mamás se rompan la cabeza diseñando los repartidores de dulces, la decoración y demás, ahora para hacer una fiesta solo se contrata un salón o un restaurante de comida rápida y se asiste a una tienda donde se compra todo ya listo, y es así como ya no hay originalidad y creatividad en los temas de las fiestas o todos sus componentes, sino que ahora todos los cumpleaños tienen los mismos vasitos, manteles, gorritos y dulceros de Toy´s Story, los re-aparecidos Transformers, Pirates of the Caribbean, Kitty o Las Princesas de Disney.

Es así como ahora todo niño desea una fiesta réplica de algún tema de película de moda, o toda niña sueña con tener su fiesta con vestido incluido de alguna princesa maravillosa de Disney. Y debo de comentar que aún cuando añore aquella creatividad e imaginación para las fiestas de antaño, no puedo negar que mi espíritu jotero se regocija con tanta cosa que han sacado de estas divas princesas de Disney específicamente, de las cuales se han encargado de fabricar desde TV´s, radios, sobrecamas, muebles, disfraces, n-mil juguetes y hasta papel de baño rosita, que hacen que cada niña, aunque suena a publicidad de Palacio de Hierro, se sienta toda una princesa.

Y es que aunque tratemos de negarlo, tod@s en el fondo hemos pensado alguna vez en la felicidad de la vida de las princesas, ya que salvo la Princesa Diana de Gales que terminó muy mal, Rania de Jordania, Máxima de Holanda, Leticia de Asturias y las demás parecen pasarla bomba con sus trajes de diseñador, su saludo de mano ladeado y sus príncipes de cuento.

Tristemente no todos podemos casarnos con alguien de la nobleza que nos haga vestirnos de Valentino cada día o nos construya un palacio de ensueño, pero si al menos todos en el mundo gay podemos tener algo de princesas por dentro, aunque sea de alguna de Disney. Asi que según tu personalidad y forma de vida puedes ser como:
  • Ariel, La Sirenita: Tu eres este tipo de “princesita”, si te caracterizas por andar mostrando el pecho a la menor provocación, sea o no sea depilado en Neoskin, tiendes a sentirte la reencarnación de María Callas ya que te la pasas canturroneando todo el día, desde óperas hasta la canción del Amarre de Laura León ó si tus mejores amigos son puros cangrejos y pescadas. También sabes que eres una Ariel, si así como ella moría por salirse del mar aunque tenía cola y no pies, tu desde niño te habías sentido muy “rarito” en el mundo heterosexual y no dabas una en esos rollos, pero ahora en mundos diferentes como el Taboo, el Parking o la Casa de Lola te sientes “como pez en el agua”.
  • La Cenicienta: Tu te juras mega super bien pero por alguna extraña razón, disque odio de tu madrastra malvada, te la pasas a cuatro patas todo el día, pero no precisamente por emular a un perro, sino más bien porque te la pasas limpiando la casa de tu familia. También misteriosamente tu carroza MercedesBenz y tu camisa Dolce&Gabanna, después de un rato milagrosamente se convierten en un Vocho y en una camisa de imitación pulguera y para terminar de echar a perder todo, sales tan ebrio de las fiestas que andas dejando hasta los zapatos y a veces hasta los calzones en las fiestas.
  • Pocahontas: Con el pretexto de “conocer” otras nacionalidades resultas ser algo malinchista, ya que aún cuando tu tengas color de llanta, tu máxima aspiración es terminar con un europeo guapíchimo tipo David Beckham que te lleve a cruzar el charco y te presente como Nobleza Mexica o Maya, y nadie puede culparte honey, pero no por eso vas a despreciar a tus coterráneos y hacerles el feo, solo porque tienen algo de conteo de melanina y no se llaman John Smith.
  • La Bella Durmiente: Si tu eres de los que se despiertan a las 3 de la tarde y luego de comer algo nuevamente duermen siesta, puedes considerarte una Bella Durmiente. Al menos ahora hay “afters” de antros para ti, sino de plano tu vida social sería mas plana que el pecho de una gimnasta olímpica, ya que siempre te da flojera salir y prefieres quedarte en tu casa siendo seducido por Morfeo. Las pocas veces que te levantas disque eres muy artesanal y te encanta andar haciendo tarjetitas y figuritas hasta de Fomy, pero ten cuidado porque en una de esas te rebanas el dedo o te cae un hechizo como
  • La Blancanieves: Ya sea por tu belleza innegable, o porque tu amor y cariño no dan para uno, sino para 7 al mismo tiempo, esta es tu princesa favorita, ya que con el pretexto de ser muy cariñoso y tener rete-harto amor para ofrecer terminar enqueridánote con varios al miso tiempo, y aún cuando alguno sea gruñón o tontín, a fin de cuentas los quieres a todos. Ten cuidado porque hay muchas jotas envidiosas que quieren tener tu cara y tu éxito con los “enanitos” así que no comas nada envenenado, mucho menos los hot dogs afuera del antro.
  • La Bella: Eres como esta princesa si aún cuando la depilación láser es lo de hoy, tu sigues prefiriendo a los hombres peludos como tapetes, ó peor aún, si aunque muchos te digan que tu pareja tiene la educación de un primate, y que es toda una Bestia sigues con él, aún cuando tu servicio doméstico sea un plumero y un candelabro, que de tanto mal trato de tu marido tu ya crees que hasta hablan y te cantan. Paro a final de cuentas, y a tu parecer, el debajo de tanto pelo y tanta brutalidad es todo un príncipe encantado, que con darte una sola rosa compensa todos sus defectos.

Luego de un breve recuento, creo que todos en mayor o menor medida tenemos algo de cuento de Disney, lo cual está excelente siempre y cuando no tengamos similitudes con la gordura de Ursula de La Sirenita o tengamos la nariz de Jafar de Aladinno, o terminemos arrugados y aplastados como la Reina de Blancanieves.

Espero que aún cuando las cosas están cambiando en los niños y enla manera que vivimos, Disney no deje de producir películas de este tipo, que cuentan historias maravillosas, ya que estoy convencido que el éxito de estas películas animadas, ha estado apalancado en que aún cuando todas estas historias etán retacadas de magia y situaciones utópicas, de todas ellas podemos sacar aprendizajes inclusive ya de adultos, sobre la importancia de la amistad, de tratar de ser empáticos con nuestro entorno, y sobre todo, el estar convencidos de que el verdadero amor, hace que vivamos felices por siempre.