viernes, agosto 04, 2006

Conociendo a alguien

No cabe duda que es difícil conocer realmente a alguien, y mejor ejemplo de esto radica en Mel Gibson, ya que después de construir una imagen de religioso fervoroso y excelente padre de familia, resultó tener altas tendencias a ser un alcohólico anti-semita, y la escena de varios guapos policías de LA acompañados del sensual actor de ojos azules, que hubiera podido ser la fantasía de muchas mujeres maduras y de alguno que otro hombre como yo, terminó siendo una triste realidad de odio y prejuicios, y desgraciadamente ningún desnudo frontal.


En la vida real, es mucho más complicado conocer a fondo a una persona, ya que los simples mortales no somos presa de los paparazzos y la prensa rosa, por lo que las apreciaciones que vamos haciendo son el resultado de observar continuamente con el paso del tiempo y al aumentar el trato con la persona en cuestión. El interés es mucho mayor de nuestra parte, cuando esa persona que queremos mapear, nos gustó físicamente y resulta ser la persona con la que nos imaginamos un futuro en los suburbios tipo Desperate housewives (claro que sin los asesinatos y los niños hiperquinéticos). Es así como para ir evaluando a la persona, acorde a la confianza que se va ganando y el tiempo que le invertimos, pasando por diferentes filtros, tales como:

  • La Plática: Una vez que la persona nos ha flechado físicamente, por su destellante mirada, su coquita sonrisa o su cuerpo de tentación, empezamos a evaluar lo bien que nos la pasamos con ese prospecto en una simple plática, y es así como muchos ligues se quedan en este filtro, ya que resultan tener como tema de conversación recurrente la reseña de Mundo de Fieras de Televisa o los chismes de la Quinta Generación de La Academia o todo lo contrario, resultan querer tener un debate político cada 15 minutos. Sin duda una buena plática, con un perfecto balance entre críticas, chismes del momento y temas de profundidad, es sinónimo de una relación que tiene futuro, a menos que querramos en vez de pareja a un Juan José Origel o a un Pedro Ferriz.
  • Las Costumbres diarias: En el siguiente filtro analizamos como nuestra pareja potencial se desenvuelve en el día a día. Es así como evaluamos “minúsculos detalles” que pesan mucho, y factores tales como mascar con la boca abierta, tener más ademanes que una niña de primaria declamando o el rascarse la genitalia en público se vuelven decisivos para gritar: the next!. En esta etapa de la observación, es importante valorar que hay costumbres que pueden ser moldeadas en las personas, tales como incrementar su cultura general, mejorar levemente sus modales, pero tampoco pienses que puedes aplicar con éxito un Fashion Emergency con tu ligue, si actualmente se viste como Elton John y lo deseas dejar con la elegancia de Tom Ford.
  • La Intimidad: Algunas personas algo calenturientas se saltan los dos pasos anteriores para aterrizar directamente en conocer en el sentido bíblico a la personita en cuestión. Para el mercado gay este paso es determinante, ya que el rol sexual define mucho la compatibilidad y el futuro sexual entre dos hombres. Es en este “filtro” cuando terminamos abandonado a algun@s pretendientes, ya que resultan en las artes amatorias ser tan sosos como una papa sin catsup o más pervertidos que Sergio Andrade, aunque como dice la sabiduría popular: siempre hay un roto para un descosido, que quieran vivir juntos la gloria en su infierno.
  • La familia: Sin duda pocos candidatos llegan a este elevado filtro de relación, en el cual nos damos cuenta que la personita nos satisface, y que conocer a sus progenitores y hermanos se nos hace necesario pues cierto es que al formalizar tu relación con un alguien también lo haces con su familia (el formalizar, no seamos mal pensados). En el peor de los casos resulta ser que la familia de tu ligue es similar a la escandalosa familia de Fran Fine en The Nanny, donde todos los problemas se arreglan comiendo y gritando a tus familiares o una sui generis familia como The Osbournes, ó en el caso más regular, resulta tener una madre que te considerará insuficiente para su cachorrit@.


Es así como cual pirámide, al ir subiendo de escalón cada vez tenemos menos candidatos, y cual selección natural Darwiniana, solo los “fuertes” sobreviven y a fin de cuentas por más que much@s pasen por nuestra vida ( o nuestro colchón) son unos cuantos, a veces uno solo o a veces ninguno el que llega a conquistar nuestro corazón, nuestra mente y nuestro espíritu.
Lo que debemos de recordar a la hora de andar evaluando a nuestr@s pretendientes, es que a fin de cuentas, ell@s y nosotros mismos somos humanos, con defectos, y es así como tenemos que ser realistas, y percatarnos de que si estamos esperando a un príncipe azul o una modelo tipo Kate Moss (pero sin sus adicciones), es muy probable que pasemos el resto de nuestras vidas solterones, con muchos gatos y más amargados que la cerveza quemada.

Las relaciones personales amorosas, son inclusive más complicadas que tratar de hacer en ebriedad un Sudoku avanzado, pero son un aspecto de la vida que todos queremos tener, y por mi experiencia, te puedo decir que la única forma de salir bien librado de las mismas, es conociendo, experimentando, hablando, sintiendo, tocando, y la consecuencia de todo esto a veces termina con el corazón herido, pero en unos casos, los más exitosos, termina con una ilusión que nos llena, una sonrisa que no podemos explicar y la sensación de sentirnos continuamente abrazado por esa persona que logró pasar todos los filtros, y ha logrado despertar en nosotros una emoción que llamamos: AMOR.