jueves, junio 29, 2006

El presente del futuro

Luego de una ajetreada semana laboral y futbolera por el Mundial (cierto, por más macho mexicano que suene) decidí empaparme de mis más multi-colores y sexualmente diversificadas raíces asistiendo al antro oficial para los viernes en Monterrey: El Parking ; donde se vivió histeria total al sonar la nueva canción de la Trevi, aún cuando los asistentes a esa discoteca, ataviados de pieza a cabeza con Zara, no tienen útero y médicamente es imposible que sufran de susodicho ataque.

Antes de retirarme del antro, pude ver justo a mitad de la pista de baile, un grupo de señores de más de 40 años ataviados con camisas pegadas sin manga, jeans de diseñador que parecían pinados sobre sus musculosos glúteos, y bíceps que quisiera yo a mis 5 lustros, danzando frenéticamente la versión electrónica de Desenchantee. Una cascada de auto-cuestionamientos se engendraron en mi cabeza, sobre como me vería yo a esa edad, que llevaría puesto y si estaría aún en este país que tanto quiero pero que tan lento va en legislación para la gente “diversa”.

Esta serie de cuestionamientos y proyecciones a futuro, me hicieron recordar mis años de infante, en la cual siendo adicto a los domingos con Chabelo, a los frutiloops y a los pepsilindros de los Tiny Toons, me imaginaba como sería mi vida al “ser grande”, y al igual que yo, muchos niños imaginaban que
  • Tendrían un trabajo de película: Algunos de pequeños soñaban con ser astronautas, pilotos de carreras ó en el caso de los más nerds, afamados antropólogos de campo como Indiana Jones, lo cierto es que todos nos visualizábamos con una ocupación fuera de lo común y que aparte que fuera altamente remunerada. Lo curioso es que unos años después la mayoría acabamos con profesiones exitosas pero convencionales y pasando “harta” hora frente a un ordenador, donde lo más cercano que estamos de ser pilotos de la serie kart es manejar a toda carrera para llegar a tiempo a la oficina y tenemos como mayor emoción el entregar el reporte en el dead line, o nuestro riesgo máximo es usar la nueva versión de PowerPoint para hacer la presentación anual para la junta de consejo.
  • Formarían una familia Telerín: Los repetitivos esquemas sociales del “Brady Bunch” nos hacían creer de niños, que nuestro inevitable futuro era convertirnos en padres de muchísimos hijos y vivir en la casa perfecta de dos aguas y chimenea. Hoy en día este concepto es inválido para muchos, para los homosexuales por obvias razones fue eliminado y optamos por tomar de los Brady solo la rubia cabellera de Marsha, pero inclusive para los heterosexuales el concepto de la familia feliz se ha ido debilitando, ya que ahora prefieren vivir en unión libre y pensar en hijos hasta pasando los 35, porque al cabo, lo importante es vivir, aprender, divertirse y viajar, solo un@s cuant@s Bree Van de Kamp tienen como misión en la vida tener una vida de ensueño en un fraccionamiento en las afueras de la ciudad.
  • Usarían maravillas tecnológicas: Todos creíamos que era cuestión de unos años ver en la calle el primer auto volador o el viajar de un lugar a otro por tele transportación muy al estilo Star Trek, y hoy en el 2006 seguimos más pegados al suelo que la moralidad de Niurka, y pensamos que la mejor aplicación de la tele transportación sería el mandar nuestras lonjitas del juicio a otro hemisferio del planeta, pero sin dirección de remitente.
  • Nunca serían como sus padres: Una vez superada la etapa en la que nuestros máximos en la vida son nuestros padres, pasamos a una etapa en la cual juramos que nunca seremos como ellos, tan restrictivos, tan cuadrados y juramos que educaremos a nuestros críos en forma diametralmente opuesta a la que ellos nos enseñaron, la sorpresa nos la llevamos cuando terminamos pareciéndonos cada día mas a nuestros padres, y no solo porque nuestro cráneo clarea cada día mas por la ausencia de pelo en el caso de los hombres o porque nuestras caderas crecen más rápido que las manifestaciones en Oaxaca en el caso de las mujeres, sino porque cada vez usamos más sus razonamientos, sus frases y hasta sus ademanes, ejemplo es cuando ya no pagamos 1900 pesos por una camisa Diesel vintage, porque se nos hace que está percudida y el mismo acabado lo podemos obtener con muchas lavadas y secadas en la Hoover.

De algo que no me puedo quejar, es que aún cuando muchas de las “expectativas” de mi futuro no se cumplieron, la vida ha sido demasiado generosa, y aún cuando no tengo la realidad de “Back to the future” que soñaba, tengo un trabajo muy bien remunerado, un ipod que me deleita con orgasmos musicales y muchas mascotas electrónicas que sustituyen por un rato la necesidad de hijos. Por esto y mucho más he llegado a amar mi presente y a tener cada vez más planes y ambiciones para el futuro.

El futuro, se construye día a día, con trabajo, proyectos, nuestra labor social, en el como pasamos el tiempo libre y en general, en como vivimos nuestro presente; algo que no nos puede dejar de preocupar, es que independientemente de nuestra buena voluntad, el sudor de la frente y las ganas de salir adelante, hay factores que no podemos controlar pero que nos pueden arruinar la vida, tales como los factores naturales como un terremoto o un tsunami o inclusive los factores económicos como una devaluación o una guerra civil. Para los tsunamis lo único que podemos hacer es aferrarnos a una palmera como la modelo Petra Nemcova, pero en el caso de los factores económicos, podemos prevenirlos eligiendo autoridades que nos lleven a mayor crecimiento y mejoras como país.

De niño cuando me metían con sangre el manual de Carreño en mi cerebro, me enseñaron que uno nunca debe de hablar de religión y política en un evento social para no causar pleitos y controversias; hoy es un lujo que no me puedo permitir, porque aún cuando este es un espacio recreativo y de sano (y no tan sano) entretenimiento, tengo la obligación de pedirte que votes por una opción REALISTA, no que prometa quimeras con cimientos de aire y que promete un modelo económico que ha fracasado en otras épocas, te pido hoy que votes por tu futuro, por tu presente y por el de la gente que te rodea. No te dejes deslumbrar por promesas como las que tantos años amarraron a nuestro país en la mediocridad y carente competitividad internacional, vota por la opción que consideres más congruente y realizable, este domingo tienes la opción de votar realmente, por tu futuro.

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