viernes, enero 06, 2006

“En la Puerta del Sol como el año que fue otra vez el champagne y la uvas y el alquitrán, de alfombra están. Los petardos que borran sonidos de ayer y acaloran el ánimo para aceptar, que ya pasó uno más” Mecano


Es así mi querido visitante, como se nos fue el 2005, lleno de sorpresas, litros de Cosmopolitan, sonrisas, uno que otro llanto, escándalos por Jolette y la cara de pescado Ana Bárbara, buenos amigos, una colección sublime de Victoria Secret y algunos podemos presumir: cultivando un gran amor.
Déjame ver si estamos en la misma sintonía, te levantaste el 1 de Enero, algo crudo (el emborrachar a tus tías con diversos cócteles NO fue una idea feliz) y con muchas buenas intenciones, pero una cruel realidad que confirmas al verte en el espejo:

  • Los estragos de múltiples comidas pesadas con los de la oficina, amigos de la carrera, primos, esos increíbles postres, cafecitos, así como de las copiosas cenas familiares, donde tu madre te reprocha con cara de la mama de la legendaria “The Nanny” si no pruebas alguno de los 8 platos fuertes que con tanto amor ha preparado. Todo esto se deriva en una muy generosa pancita, unas sinuosas llantitas del juicio, que ocasionan que si te ven por detrás parezcas la mascota de Michelín (el monito blanco llantudón)
  • La generosidad de tus carnes contrasta con lo sequía en tu capital, ya que la compra de tanto alcohol, las cuentas de tanta cena, y los regalos a familiares, amigos, movidas y ligues ha ocasionado que seas uno más en la cuesta de Enero, aparte todavía tienes que pagar esa carérrima suscripción de gimnasio que adquiriste en uno de esos ataques pro-salud de finales de diciembre (seguro estabas bajo el efecto de algún comercial subliminal del sport city o del bally´s) es hoy cuando ya no te sientes totalmente palacio, sino totalmente quebrado
  • Tienes una amplísima lista de propósitos, entre los cuales figura el ser una mejor persona con los demás, el no ser el demonio de Tazmania en tu centro de trabajo o esuela, bajar de peso, hacer ejercicio al menos tres veces por semana, visitar más a tus padres (si no es que sigues viviendo con ellos y tu propósito es por lo tanto: migrar de casa de tus padres) y muchas otras cosas que te propusiste, y que ahora, ante el espejo parecen inalcanzables, pues tienes sueño, hambre, te sientes irritado por la crudez y no quieres ver a nadie.

Es por eso, ante mi llantuda, quebrada y malhumorada imagen, que me he dado cuenta, que esto no tiene porque pasar, y no me refiero a que no hagamos propósitos, sino que no sentiría este enorme peso sobre mi espalda, de enmendar mi vida completa, si todos los días los tomara como la única y última oportunidad de hacer las cosas, de re-chupete, es decir: de cien y puntillos extras. En efecto, mi mejor propósito para este año, es comprometerme a dar lo mejor de mi cada día, paso a paso, y no tratando de volverme la madre Teresa de Calcuta si toda mi vida he sido Tongolele
Así que para cada problema, una solución, y para cada esfuerzo, un premio. ¿Qué mejor recompensa de ir al gym si no es el ver hombres y mujeres (según el caso) maravillosos en ropas ligeras?, ¿Qué momento es más feliz que el cerrarte tus jeans de la prepa y ya te quedan nuevamente gracias a que cerraste el pico?, y un poco menos frívolo ¿Hay una mayor sonrisa que la que causa el ver a tu Abuela feliz de que la hayas ido a visitar?. No, estos son como los momentos MasterCard.. si tienen precio, el precio de tu esfuerzo diario, de el dar un poco más de lo esperado.
Después de mi “reflexivo” análisis de cómo finalmente espero lograr ser una mejor persona día a día, espero poder contarte que tuve resultados positivos durante el año, pero en lo pronto te deseo un año muy padre, lleno de amigos, de viboreo social, de buenas pláticas, prolongados viajes, mucha salud, bienestar en tu familia, y que choquen las copas! , las del brassiere y las del champagne, las de la vida, y las del amor…

Feliz año!, y a corto plazo no te preocupes por las llantitas y lo quebrado, todo el mundo va andar igual de fregado que tu, Pobrino Gordo!!

lunes, enero 02, 2006

Llegaron las Posadas!

Durante los pasados días hemos sido partícipes de algunas de las fiestas más típicas para el mexicano: las posadas. ¿Qué mejor pretexto para empezar a celebrar antes la Navidad que múltiples pres y posts posadas?

Cuando era un niño adicto a Chabelo y a los ThunderCats.. para mi las posadas significaban dulces incomibles (¿a poco hay alguien a quien le gusten los huevitos blancos de “aguinaldo” que inevitablemente te achocan en tu bolsita navideña?), también era típica la tía desafinada que entonaba cánticos mientras te achocaba una velita que era causa de mucha diversión (como “accidentalmente” quemar el pelo de tu vecinita quejumbrosa) también figura en mi memoria el tío productor de brodway frustrado, que intentaba montar una gran obra teatral del nacimiento de Jesucristo con sus “talentosos” sobrinos, donde inequívocamente la prima más zorra era nombrada la virgen María (¿acaso sería pedrada con guante blanco?) la comida en las mesas de niños, donde el primo gordo te intentaba saquear de tu marinita de mole y tu ensalada de frutas navideña y yo me defendía con mi tenedor blanco desechable. Por último las posadas de infancia me traen a la mente la clásica piñata de estrella llena de naranjas, caña de azucar y mandarinas, estas frutas eran verdaderos misiles que chocaban contra mi cabeza al romperse la piñata, creo que por eso desarollé un tick nervioso que se activa cada vez que veo una piñata en la calle.
Al ir creciendo las posadas se han vuelto un poco más relax… con agradables intercambios de regalos, donde experimenté el clásico síndrome de dar el súper regalo y recibir a cambio la nueva colección de tuppers de Martha Stewart (así o mas reciclado el regalo) la gente Wannabe fashion que aunque estemos a 35º C se empeñan en usar su bufanda de muppet (clásicas bufandas peludas que para su elaboración mataron a Fossy o a Animal del conocido programa de títeres) y sudan la gota gorda cual larga es la fiesta.
Hoy tomamos las posadas como un motivo más para tomar la copa martinera con nuestros amigos… burlarnos de la gente ridícula que usa sombreros de peruanos o gorritos condoneros con borlas… o en el peor de los casos escuchar los villancicos de Moderatto (cuídense Moderatto, una cosa grave fue meterse con Timbiriche.. pero meterse con Dios son palabras M A Y O R E S)
Por último te puedo decir que con el paso de los años, he concluido que no hay mejor manera de cerrar un año, que reuniéndote con tus amigos y familia, y las posadas, aunque terroríficas por su alto contenido de cotidianismo y posibilidad de ridículos familiares, son una muestra mas de que el mexicano celebra la vida y la muerte, los principios y los finales, el recuerdo del nacimiento de un Dios, y el futuro de que seamos mejores personas, hijos, hermanos, amigos, el año que entra.