jueves, noviembre 02, 2006

El funeral de lo enterrable

Esta semana celebramos un año más, el día de Muertos, Halloween, Hanal Pixan o como según tu cultura e idiosincrasia festejen, o si en su defecto vives en una ciudad fronteriza habrás tenido un híbrido kistch entre costumbres americanas y mexicanas, que se derivó en comer pan de muerto azucarado, para luego disfrazarse y dar “calaverita” a los niños que timbraron a tu puerta, mientras una tía solterona adicta a “La fea mas Bella” ponía un altar para sus seres queridos.

En mi caso muy particular, los festejos de la fecha empezaron unos días antes en una fiesta de disfraces en un conocido antro regiomontano tocayo de aquel efímero musical de Boy George, Taboo. En el mencionado lugar se dieron cita una infinidad de hombres, mujeres y niños (literalmente, parece que ya te dejan entrar si pruebas estar ya en sexto de primaria) con el objetivo de pasársela bien y mostrar su ingenio, presupuesto y creatividad al disfrazarse.

Debo mencionar que el lugar estaba más lleno que una barata de Macy´s en Nueva York y que mi trasero fue más toqueteado que un pan de muestra de Wal-Mart, pero aún con la violación a la privacidad de mis posaderas y los apretujones del pópulo que me hacían sentir en una manifestación perredista, decidí quedarme para ver el concurso de disfraces, ya que a mi parecer, el gay siempre se ha caracterizado por ser ingenioso, retador y artístico, y todo eso sale a relucir a la menor provocación, mucho cuando de por medio hay un premio en metálico.

Me encantaría poder decirte que valió la pena tanta espera y penas para lo que vi esa noche, pero la verdad es que luego de tres zombies, tres mucamas y miles de travestís, y teiboleras frustradas me di cuenta que en esa fiesta del día de muertos, la única fallecida y ausente en esa celebración era la creatividad. Y es que tristemente me di cuenta, que muchos tomaron la fiesta como el mejor pretexto para seguir textuales las palabras de su profetisa Gloria Trevi, y optaron por soltarse el cabello, vestirse de reinas, ponerse tacones, pintarse y terminar pareciéndose al personaje de Agrado de “Todo sobre mi madre”, liberando por una noche , a la vestida que llevan dentro.

No se si fue el efecto de la cerveza a 10 pesos del Taboo, o una intoxicación por exceso de dióxido de Carbono, pero me puse a ahondar aún mas sobre el triste fallecimiento de la creatividad de la gente, y como podíamos hacerle un funeral decente, distinto a los demás para honrarla, y seguido a ese abstracto razonamiento, me puse a razonar sobre las cosas que me gustaría enterrar este día de muertos, es decir, las cosas que me gustaría que ya no existieran en este mundo, tales como:
  • El mal gusto para vestir y vivir: Se que esto es mucho pedir y un tanto frívolo, pero como yo decido a quien quiero enterrar hoy, sin duda entierro a Huicho Domínguez, a la línea para el hogar dorada de Versace y sin duda al vestido del lago de los cisnes que usó Bjork en los Oscares. Creo que es realmente injusto que la gente que tiene la posibilidad de vestirse de diseñador y con presupuesto para redecorar su casa cada año, lejos de hacerlo con buen gusto y clase, lo hagan al estilo “El premio mayor”. Yo entiendo que con la clase se nace, pero si vez que tu sentido de la moda se quedó en las camisas de seda floreadas, contrata a un consultor que te muestre el sendero del bien hacia una manera más bonita de vivir.
  • La Hipocresía: Creo que uno de los valores más importantes en esta vida es la congruencia, ya que aunque suene muy fuerte, uno tiene que vivir, pensar y sentir con una misma dirección. Es por eso que no debería de existir la gente como Patty Chapoy que un día idolatra a sus colaboradores y al día siguiente los aborrece y los calumnia más que a la mismísima Jolette.
  • Ana y Mia: Y no me refiero a que mueran Ana Nichole Smith y a Mia Colucci, ya que aún cuando la verdad me parecen realmente ridículas y prefabricadas, al menos entretienen a la gente, sino que me refiero a la Anorexia y a la Bulimia, horribles enfermedades que año con año arrastran a la muerte a miles de personas. Creo que es vital que los adultos pongamos especial atención a los jóvenes, ya que los inalcanzables patrones estéticos de Kate Moss o Naomi Cambpell pueden quitarle la vida a much@s adolescentes que con el único fin de encajar y ser aceptados, se destruyen a si mism@s .
  • La discriminación sexual: En esta columna semanal he comentado en innumerables ocasiones que el odio destruye y la discriminación separa y mata. Creo que el mundo será un lugar mejor para vivir el día que todos los hombres entendamos que en la diversidad de opiniones, sexualidades e ideas está precisamente la riqueza que nos hace los seres pensantes, amantes, visionarios y realizadores que nacimos para ser. Es importante que nos demos cuenta que este llamado a la no discriminación aplica para tod@s, ya que muchas veces, inclusive los mismos homosexuales somos intolerantes a los bisexuales, a los travestís o hasta las lesbianas por considerarlos diferentes a nosotros, y es imposible pedir algo que no estamos dando.
  • Belinda y la gente sin talento: Es impresionante como en un país como México, con una riqueza cultural milenaria y talentos contemporáneos de la talla de Lila Downs y Susana Zabaleta, haya tanta promoción a gente sin talento y sin ninguna aportación a la comunidad y proyectos vacíos como Belinda, todos los de la Academia o Ana Bárbara. Creo que tenemos que ser un poco más justos y consumir productos de mejor calidad, que nos aporten más que un sonsonete, de una “boba niña nice”. Con esto no estoy diciendo que la música pop debe de morir, ya que yo mismo disfruto una y otra vez el disco plástico de Ananda de Paulina Rubio, con este punto me refiero a que tratemos de oír nuevas propuestas, de asistir a conciertos, al teatro y en general al arte que tengamos a nuestro alcance.
  • La violencia: Aún cuando los soldados caucásicos y arios sean un gran fetiche en mi mente, y se vean increíblemente sexy en sus trajes con camuflaje y botas todo-terreno, creo que la guerra y la violencia no solucionan absolutamente nada, sino que destruyen los lazos de hermandad que nos hacen humanos. No creo que algo que lastime a otros seres humanos sea desde ningún ángulo algo positivo, es por eso que ya casi nadie se traga las patrañas de Bush de que la guerra es necesaria, y espero que algún día le caiga el veinte de que el que siembra odio, lo cosecha multiplicado.

Debo confesar que no lloraré una sola lágrima al enterrar nada de lo que he mencionado, ya que lejos de haber contribuido en algo al hombre, dudo que las enfermedades, el odio, la violencia o el uso malsano del garigoleado hagan este mundo un lugar mejor.

Creo que es sano, cada determinado tiempo, hacer una introspección y un análisis de nuestro entorno para darnos cuenta que partes de nosotros mismos y de nuestra sociedad deseamos hacer crecer, fomentar y compartir con el prójimo, así como determinar cuales son las actitudes, comportamientos y sentimientos que debemos de enterrar tres metros bajo tierra donde no lastimen a nadie ni a nosotros mismos.

¡Feliz fin de semana!


En memoria de CRH, porque en tu efímera vida nos alegraste a much@s y nos contagiaste de tus ganas de vivir, descansa en paz.