viernes, abril 28, 2006

La vida que viene, y yo que voy

¿Cómo compones un año?, Aunque suene a plagio de Musical, se compone por 525,600 minutos, que cada uno desea vivir a su manera, ya sea sintonizando Telediario, encerrado en la oficina o cual Karate Kid II, papando moscas. Lo que no podemos evitar es que avance sin cesar el tiempo, y esos minutos se vuelvan horas, días, meses y años. Cada segundo somos un poco menos jóvenes que antes, y a menos que seas Fey y te quedes estancado en los 17 años, vas envejeciendo progresivamente.

Un día te levantas y aunque tu te sigues sintiendo un muchacho a la moda, jovial y rozagante, hay evidencia que cual cubetazos de agua fría estando crudo, nos golpean y nos aterrizan en la cruda realidad tales como:
  • Tus íconos de infancia ya son considerados vintage: El día en el que vi la primera camiseta “retro” de los ThunderCats y de Pacman, tuve sentimientos encontrados, ya que no veía el momento de comprarla y recordar las horas de diversión junto a Leono en la TV y los fantasmitas en mi Atari, pero tambien me recordó que esos momentos de dicha, fueron hace ya casi 20 años. Lo mismo me pasó con el reencuentro de Timbiriche, ya que tuve orgasmos musicales con “Hey Mickey” pero el ver a Sasha con el mismo cuerpo que Aunt Jemima, la Negrita de los HotCakes y a Diego Schoenning con unas entradas en el cabello que parecían mas salidas, me sentí súbitamente mas viejo.
  • Tus comidas dejan de ser hipocalóricas para ser hipoproteícas: En los años mozos de la adolescencia, a menos de que fueras la amiga gorda de Mia Colucci en RBD, era impensable hacer una dieta, ya que tu acelerado y muy hormonal organismo hacía que quemaras por tu calentura todo lo que tragabas, sede la apetitosa torta con Ruffles que comías hasta aquellos rollos de galletas ArcoIris (cuanta jotería en una sola galleta). Ahora con el paso de los años optas más por evitar cenitas pesadas, sustituir una Carl´s Junior por un sándwich de atún y finalmente ser un adicto a lo proteico. Hoy en día tu primer pensamiento al comer un pedazo de pastel es: Lo quemo con 5 minutos de elíptica.
  • Encuentras a los “muchachos” muy escandalosos: Ya sea en el Jac&Ray, en Las Alitas o hasta en el Chilli´s de Garza Sada, te topas con “pubertos” que se te hacen más bulliciosos que puesteras hambrientas acarreadas en miting de López Obrador, y es que ya te resulta molesto que cuando tu tratas de hablar con tus igual a ti “maduritas” amistades, las risotadas de esos “plebes” te irrita y te hace pronunciar la frase clave para asegurar tu vejez.- Yo no era así a esa edad.
  • Por más de que tratas no entiendes las nuevas modas: En un sábado por la noche te arreglas para el antro con una camisa verde manzana Express con corte italiano, unos jeans Low Rise Levi´s y algún accesorio D&G como un cinto de vaquero y unos zapatos a juego, lo que no te esperas es que el lugar está lleno de prepos y universitarios vestidos a tu parecer como Emmet de Queer as Folk o conatosmasculinos de Carrie Bradshaw de Sex&The City ¿Qué están pensando? Esa ropa solo se ve bien cuando eres un personaje cómico en una serie o cuando usas estrafalarias con un juego diferente de cromosomas y zapatos Ferragamo adecuados. Un símbolo inequívoco de que ya no estás en la moda juvenil es cuando te parece impensable pagar 2400 pesos por unos Jeans que tienen más huecos que el colador de tu cocina y están mas sucios que el pasado político de Madrazo.

Después de reflexionar estos puntos creo que me ha salido más de una cana, y siento una mezcla de nostalgia y consuelo. Nostalgia porque tal como lo he escrito en otras ocasiones, la preparatoria y la universidad son etapas geniales donde aprendes de los maestros, de la gente y sobre todo de ti mismo, y esa actitud de inocencia, ingenuidad y “aventura” hace que la gente en esas etapas de su vida tenga una vibra de novedad única, que con los aporreones de la vida, la dificultad del mundo laboral y lo impredecible del amor se convierte en madurez, más reflexiva, más cautelosa y menos apasionada (pero a fin de cuentas, necesaria). El Consuelo viene en que gracias al Botox, a mi maravilloso instructor de gimnasio, a los suplementos “naturales” del GNC y las delicias bien formuladas de Biotherm, me mantendré en mi esplendor unos varios años más; y gracias a que ahora trabajo puedo pagarme todos esas pequeñas “ayuditas”.

Independientemente del “deterioro físico”, lo más importante en ese pase de minutos infrenable, es que cada día aprendemos cosas nuevas, y que el avance de los años nos permite desarrollar experiencia en nuestros trabajos, amistades, familia y en general, la vida misma. Es aquí donde cada uno es responsable de lo que haga con su estancia en esta tierra, si decides ser uno más que vive porque respira, o que prefiere marcar la diferencia, aportar algo a su comunidad y vivir al máximo, ya que aunque suene trillado, lo único que tienes garantizado, es que tarde o temprano ya no estarás aquí, entonces es mejor aprovechar cada segundo para disfrutar, reir, gozar, sentir y hacer que nuestra vida sea una celebración continua. Como diría Frida Kahlo: Viva La Vida!.