viernes, junio 02, 2006

Así pasa cuando sucede

Entre las muchas cosas que ha dejado en nosotros la televisión, aparte de miles de frases clichés de los Simpson, y una visión diferente de las niñas del centro del país causada por las chicas de Picnic en Telehit, es sin duda la imagen de un ser asexuad@ rubi@ (o con demasiado de los dos sexos) pronosticando nuestro destino y futuro y mandándonos todo, todo, todo, lo que le sobra.

Esa imagen de gente leyéndonos las cartas, asegurándonos nuestro futuro basado en los astros es algo que de niño me causó mucho ruido, seguido por escepticismo en la juventud, ya que con el paso de los años uno decide que es muy “infantil” ser actor de una obra ya escrita, aunque honestamente yo estaría dispuesto a protagonizar Cabaret, siempre me han salido perfectos las coreografías de burlesque y los papeles psicóticos tipo Sally Bowles. Aún así, algunos optamos por escribir nuestra propia historia día a día, con sus errores y sus aciertos y esperando tener como último destino lo que merezcamos por nuestras acciones. Pero con el paso de los años me he dado cuenta que aún cuando decidamos vivir retando al destino, hay cosas que no podemos cambiar, tales como:
  • La inclemencia del tiempo: Algunas veces siento que si existen unos Dioses del clima, o si existe Storm de los X-Men, se deben de divertir mucho a nuestra costa, ya que parece irremediable, que cuando elegimos usar nuestros divinos zapatos con elegante terminación en punta color camel, cae un aguacero sorpresivo que hace que nuestro calzado al final del día parezca el de Changoleón. Los estragos del mal clima son inclusive causantes de traumas tan impresionantes como el de la novia pasada por agua, cuyo bodorrio al aire libre lejos de ser la boda del año de QUIEN, termina siendo muy similar al set de aquella película de Kevin Costner: Mundo Acuático.
  • El pelambre Rebelde: Y no me refiero precisamente al patético tinte de “Roberta”, sino en general a que muchas veces pienso que la cabellera tiene mente propia, ya que cuando al fin decidimos que los 70´s ya pasaron y que nuestro Afro debe morir, nuestra cabellera amanece radiante, cual cabellera Pantene de Barbara Mori, todo el día nos sentimos en medio de un anuncio de televisión, ya que nuestros rizos hidratados o lacio baba (según sea el caso) brilla y se mantiene en su lugar; ese mismo día decidimos dejarnos el cabello largo y retar a la mismísima Daniela Romo. Lo que no contamos es que al día siguiente nuestro “enjambre capilar” utópico, amanece más esponjando que un crepé de señora de Polanco o el pelo de Whitney Houston después de las drogas.
  • Los planes de ensueño: Muchas veces nos pasa que mientras mas planeamos un evento, más situaciones tienen que obstaculizarlo, o ya el momento, no supera nuestras expectativas. Estas situaciones aplican a las clásicas salidas de antro que organizas varios días antes, con confirmación de asistentes, reservación en mesa de pista y demás amenidades, en las que en la mayoría de los casos o no te la pasas tan bien porque te vuelves “The Nanny” de algún amigo “Chupitos” o da la casualidad que en la mesa de a lado está tu ex con su nuev@ novi@ que parece sacad@ de un anuncio de Dolce&Gabanna, y tu ese día, por más que planeaste tu outfit, pareces más de catálogo de K-Mart, de la sección de ropa de pesos pesados.
  • La burocracia: Cuando eres un joven polluelo, inocente de la vida real, acostumbrado a que alguien haga tus pagos y trámites diversos, tu realidad es fácil y llevadera; el problema es cuando súbitamente te gradúas y tienes que hacer largas filas en bancos, instituciones de gobierno, para declarar tus impuestos y literalmente hasta para ir al baño. El problema de estas filas, es que son traicioneras, ya que el día que más prisa tienes para terminar tus pendientes para asistir a un compromiso, es el día en la cual de las 4 cajas que hay para cobrar solo hay media, y solo hay media porque a juzgar por la edad de la señora que atiende, seguro que su otra mitad ya se le adelantó a la otra vida, al igual que su agilidad para los trámites.

Sin duda nuestras vidas están llenas de eventos, situaciones y realidades que no podemos cambiar, y en esta vida tenemos dos opciones: vivirnos quejando o aprender de las situaciones y superarlas. Muchas de las situaciones difíciles son independientes a nuestra jurisdicción, pero también muchas de ellas son repetitivas, por lo que con la simple cultura de prevención podemos solucionarlas y salir triunfantes ante ellas.


Pero debo mencionar, que hace algunos años, xico era un país donde sucedían cosas que sus habitantes no podían cambiar ni prevenir, era un país en donde una cúpula de personas tomaban las decisiones que nos pegaban a todos, los gobernantes actuaban sin informar, sin ser cuestionados y se prohibía que todos nos enteráramos de lo que acontecía en las secretarías de gobierno, programas de apoyo social y demás. Hoy en día, estamos en marcha de un país más enterado de las acciones de sus autoridades y con mayor conciencia de su importante participación en el marchar de nuestro país, todavía falta mucho por hacer, pero juntos estamos avanzando.


Es por eso que es tan importante, que luchemos por participar a nuestra medida en el proceso de elección federal que atraviesa nuestro país, ya que independientemente de nuestro credo político, la persona que sea electa por mayoría va a ser nuestro representante ante el mundo, y será el que tome decisiones vitales para nosotros. Creo que nos debemos a nosotros mismos el prevenir nuestro futuro y el de los que vienen después de nosotros, seamos autores, de nuestro porvenir como Mexicanos, votemos este 2 de Julio.