viernes, diciembre 15, 2006

La Navidad de una pseudorubia

“Érase una vez, hace no mucho tiempo, en reino muy regio rodeado por montañas, lleno de princesas y su palacio (de Hierro, claro está) vivía una ejecutiva en sus mid-thirties, teñida en rubio y con el peor gusto para zapatos y bolsas. Esta joven mujer pasaba sus días en su oficina hablando por teléfono con su marido, tratando de aparentar ser nice y refinada usando piraterías, indicándole a su muchacha instrucciones para no quemar las tortillas y quejándose que tenía mucho trabajo, cuando realmente no hacía gran cosa.


Una Navidad, la susodicha mujer, recibió algo que había pedido desde hace ya varios lustros a Santa Claus, a los Reyes, a los directores de la empresa, al niñito Jesús y hasta a un candil judío que no entendía para que servía. Ella recibió lo que deseaba mas que a nada: una subordinada en la oficina. La ejecutiva pseudorubia, extasiada con que al fin tenía alguien a su cargo, que automáticamente la hacía mas nice y exitosa a su parecer, hizo algún esfuerzo por ser una jefa agradable los primeros días, pidiéndole las cosas a su subordinada de manera amable y “guiándola” en sus labores.


Pero no todo podía ser paz y felicidad en el crudo mundo de los negocios y sus administradores, por lo que un día, un apuesto joven vidente llamado Icaro, durante un trance causado por un mal café que sirvieron en la oficina, predijo que no tardaba en caerle la “maldición del nuevo jefe” a la ejecutiva treintona “wannabe chic” en cuestión. Y más tardó en entonar la profecía el joven alado, cuando una serie de atrocidades le empezaron a suceder a la pobre nueva empleada, ya que su jefa se volvió de la noche a la mañana más maldita y tirana que Hitler y empezó a demandarle resultados inalcanzables a su subordinada, en tiempos ridículamente cortos y amenazándola con correrla a la brevedad posible.


Fue así como la pobre subordinada, necesitada del sueldo y de la experiencia laboral, optó por quedarse a trabajar a marchas forzadas, mientras la pseudorubia holgazaneaba, se masajeaba sus pies sudados por el plástico imitación de piel de sus zapatos “Gocci”, hablaba por teléfono y perdía el tiempo olímpicamente, para luego presentar el trabajo de su subordinada como propio y quedar bien en las juntas de consejo.


La joven empleada, empezó a odiar en silencio a su jefa, y luego de infructíferos intentos de matarla haciendo muñecos vudús con los cabellos rubios orzueludos que hallaba en el piso, juró sobre su laptop y calculadora financiera que algún día se vengaría de todos los malos tratos recibidos, y empezó a pedir Navidad tras Navidad a una subordinada, que la librara de su trabajo y a la cual pudiera gritonear y amenazar a sus anchas”.


¿Les suena conocida esta historia?, pues bueno, este abrumador cuento que podría ser extraído de las historias de los hermanos Grimm, es probablemente mas antiguo que la Cenicienta o la Bella Durmiente, y lo peor es que es real y repetitivo hoy en día en cualquier corporativo a la vuelta de la esquina, y no tarda en ser filmado por el equipo de TvAzteca en “Lo que callamos las mujeres” con algunos ex académicos sin talento.


En la vida hay muchas situaciones en las cuales la gente cambia súbitamente, dejando atrás lo que eran y convirtiéndolos en personas totalmente diferentes, tales como:

  • El naco que se vuelve policía o soldado: Una de las cosas que más nos deben de aterrar de que nos pare una anti-alcohólica o que nos toque revisión militar en la carretera, no es el hecho de venir destilando alcohol o traer más cocaína en el carro que el Studio54, sino que muchas veces algunos soldados y policías están embriagados de poder y lo reflejan con un trato al ciudadano lleno de altanería, pedantería, proyectando toda la frustración acumulada por años de injusticias hacia su segmento social. Es así como mucha gente, solo por andar bien vestida o tener un buen carro, ha sufrido atropellos, revisiones innecesarias, amenazas y hasta cárcel por parte de personas que tratan de compensar a mano propia, la estructura social y económica de un país, desahogándose con personas inocentes, así que Mía Colucci y todos los alumnos del Elite, aléjense de la justicia, pueden salir heridos.
  • El new rich: Ya sea porque su puesto de tacos resultó ser el hit en el mercado de abastos, o porque se sacó el premio gordo o la casa del TEC, muchas personas pasan de tener una vida normal, con presiones económicas y mucho trabajo, a ser súbitamente millonarios. En la mayoría de los casos el nuevo rico en cuestión entra en un descontrol ocasionado por tener demasiado dinero y se empieza a parecer a Huicho Domínguez, viviendo en el continuo show off y queriendo ser tratado como nobleza a donde va, portándose más arrogante que Naomi Campbell con su servicio. Súbitamente se olvida de sus orígenes y quiere tratar a todos como sus inferiores, creyendo que su “bling-bling” los autoriza a ser insoportables.
  • El diputado que llega al poder: En semanas anteriores hemos tenido oportunidad de darnos cuenta lo que son capaces de hacer nuestros legisladores, armando shows dignos de película de Capulina o El Santo en plena sesión. Y es que son capaces de comportarse como simios solo por el hecho de saberse amparados y protegidos por su puesto, abusando del cargo que el mismo pueblo les ha dado. Tristemente la mayoría de los legisladores se vuelven faltistas o van a hacer socialité a la cámara dejando atrás todas las promesas y compromisos que tomaron con sus comunidades. Es así como el poder corrompe a mucha gente, y dejan de criticar y echarle la culpa de todo “al gobierno” para empezar a culpar únicamente al presidente.
  • La jamás besada después de la prepa: Si los niños pueden ser crueles, los adolescentes son capaces de causar suicidios, es así como en la preparatorio muchas personitas sufren el atosigamiento causado por burlas y apodos, solo por no ser populares. En algunos casos, la clásica niña que era la versión juvenil y sin curvas de Lety la Fea, decide en su vida adulta y profesional, ponerse en manos del Dr. 90211 y pedir ser Pam Anderson con la cara de muñeca fake de Maribel Guardia, volviéndose el centro de atención para todos los hombres. Es entonces cuando esa mujer que recibió burlas en su adolescencia, se vuelve la auténtica “tumba-hombres” y pasa su vida usando literalmente a los hombres a su antojo, consiguiendo a través de su imagen y cuerpo todos sus deseos, y acabando muy probablemente conduciendo algún programa de TV, como Muévete o Shopping Time.



Luego de hacer esta breve recapitulación, puedo concluir que es totalmente normal que la gente cambie, es el reflejo del imparable paso del tiempo, de las experiencias vividas y de los aprendizajes adquiridos, pero creo que es sumamente triste cuando los cambios son para empeorar y para volvernos menos accesibles y tratables para nuestro prójimo.


Es importante estar conscientes que es imposible decir “de esta agua no beberé” ya que no sabemos que vueltas da la vida, y cuando súbitamente nosotros podemos hallarnos haciendo lo que antes criticábamos, ya sea tratando mal a subordinados, siendo altaneros por nuestra posición económica o usando nuestro cuerpo para avanzar de sentón en sentón.


La moraleja de todo esto está en aprender de lo que observamos, y darnos cuenta que actitudes deseamos adquirir de la gente que nos rodea, y cuales de plano no, y en base a eso, remodelar nuestra forma de ser, sentir, pensar y ACTUAR.


Feliz Fin de semana…